A la aldea Cuquí llegó la palabra de Dios

En un esfuerzo conjunto entre las parroquias “Santa Lucía” y “Santa Bárbara”, de Rubio, se llevó a cabo una jornada donde se brindó alimento para el cuerpo y para el alma.

Junto a un grupo de servidores, los presbíteros Richard García y Julián García acudieron hasta la aldea Cuquí, del municipio Junín, para brindar una cena a quienes más lo requieren y a compartir un mensaje de aliento y oración. Hasta allí llegó la palabra de Dios.

Durante la acción de esta obra generosa se repartieron 150 arepas con un jugo a las personas en situación precaria; hombres, mujeres y niños recibieron esa atención con profundo agradecimiento.

El padre Richard García, organizador de la actividad, explicó que quisieron compartir una caricia de Dios con la comunidad de Cuquí: “A esta visita se sumó el padre Julián García, y en la iglesia del Carmen nos reunimos a rezar el santo rosario, siempre manteniendo el distanciamiento social establecido y los protocolos de bioseguridad”.

Hubo una bendición general de las personas y una breve charla, para después proceder a entregar los alimentos a los asistentes, a quienes el sacerdote calificó como “seres muy humildes y nobles”.

Agradeció la cooperación de los voluntarios y particularmente del administrador del Matadero Municipal, Róger Camargo, quien los apoyó con insumos para poder atender a los habitantes de esa comunidad.

Para dar continuidad a su labor solidaria, este domingo 20 de septiembre, desde muy tempranas horas de la mañana se dio inicio a la preparación de la “Olla de la Misericordia”, para 850 personas. Esto se repite cada semana.

Con el fin de evitar aglomeraciones, se entrega para llevar hasta los hogares y previamente se dan tiques a las cabezas de familia, quienes son los encargados de buscar el alimento. Así se reduce considerablemente el número de personas en el lugar.

Esto fue posible gracias a un censo que se realizó anteriormente y que además permite que la comida sea para quien realmente la necesita.

Para finalizar, el padre García manifestó que Dios los utiliza como instrumentos para llegar a los menos favorecidos con un plato de comida: “Señor, da pan a ellos que tienen hambre y hambre de Ti a los que tienen pan”.

Norma Pérez

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