Un estudio realizado en una serie de aldeas en el sur de Italia en donde sus habitantes suelen vivir al menos 90 años, se ha descubierto que no solo es debido a la alimentación que suelen tener, si no, también comparten aspectos psicológicos como la «terquedad» y la resiliencia.
La investigación fue publicada por la revista International Psychogeriatrics quienes analizaron la salud mental y física de 29 personas mayores de edad comprendidas entre los 90 y 101 años de edad en la región montañosa de Cilento, reseñó Infobae.
«Los participantes llenaron cuestionarios estandarizados y respondieron preguntas sobre asuntos como la migración, eventos traumáticos y sus creencias. A su vez, también fueron interrogados sus familiares más jóvenes.»
Los científicos manifestaron que los adultos más jóvenes tendían a describir a sus parientes mayores como controladores, dominantes y testarudos, así como también con cualidades de resiliencia y adaptabilidad al cambio.
«Gracias a mis hijos, ahora me estoy recuperando y me siento mucho mejor… He luchado toda mi vida y siempre estoy listo para los cambios. Creo que los cambios traen vida y dan oportunidades para crecer», dijo un anciano que había perdido recientemente a su esposa.
Otra característica resaltante del estudio es que estas personas mantenían una postura positiva ante la vida una firme ética de trabajo y estrechos vínculos con su familia, la religión y el campo.
«La mayoría de los entrevistados, por ejemplo, seguían activos y trabajando regularmente desde sus hogares y en sus tierras, por lo cual conservaban un propósito en la vida incluso después de alcanzar la vejez.»
El procedimiento de los investigadores puede ayudar a la ciencia a estudiar el proceso de envejecimiento para poder determinar como algunos problemas relacionados con la vejez pueden ser mitigados o prevenidos.